El día de resurrección

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado” (Lu. 24:5, 6).

Habiendo dejado su causa en manos de él que juzga justamente, Jesús le encomendó su espíritu y expiró. El tercer día Dios le levantó de entre los muertos, y he aquí que vive por los siglos de los siglos. ¡Aleluya!

¡Murió Jesús! Aquel Varón de angustias,
Herido fue por nuestra rebelión:
Murió el Justo por los pecadores,
Y por su cruz tenemos salvación.

Coro:  //Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui;//
//Y he aquí, yo vivo para siempre. Amén//
Yo soy el que vivo, que vivo y muerto fui.
Y he aquí, yo vivo para siempre. Amén.

¡Lloró! ¡Oró! Mi Padre, si es posible
Pase de mí la copa amarga de hiel;
Tu voluntad empero sea hecha:
La obra que me diste quiero hacer.

¡Luchó! ¡Venció! A Satanás despoja,
Pues ¿dónde está, ¡oh muerte!, tu aguijón?
Sorbida es ya la muerte con victoria,
Y el Víctor trae al mundo redención.

Enrique Turrall

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